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ISLAS DE LOS GALAPAGOS.

      Compónese el archipiélago de los Galapagos de unas quince islas, cinco de ellas incomparablemeute mayores que las otras. Esta situado en el Océauo Pacifico, á quinientas ó seiscientas millas al oeste de la costa del continente americano, bajo la linea ecuatorial. Estas islas, que en 1684 fueron esploradas por Dampier, se hallan inhabitadas, a escepaion de una, y únicamente concurren a ellas los buques balleueros que van á hacer allí su provision de aqua y carne. Aunque los tratados de jeografia apenas hablan de ellas, séanos permitido dar un poco mas espacio a la descripcion de este grupo interesante, que bajo ciertos conceptos merece ser tan conocido como otras partes del globo.

      Son las principales islas de este archipiélago Albemarle, Narborough, James, la isla Infatigable, la isla Chatham, la isla Carlos, la isla Hood Barrington, Duncan, Jervis, Abingdon y Bindloes.

      Volcanes. La constitution del archipiélago es enteramente volcánica, á escepcion de algunos fragmentos de granito que han sido vitrificados por el ardor del fuego subterraneo, de modo que allí todo es lava y piedra arenisca, resultado del desleimiento de aquella sustancia. Las Islas mas altas, es decir las que llegan á una elevation de tres ó cuatro mil piés, tienen jeneralmente una ó muchas crateras en su parte central, y en sus flancos se vela orificios mas pequenos. Se puede calcular en dos mil, a lo menos, otimero de las bocal de volcaues que existen en aquellas islas.

      No hay cosa mas horrible que el aspecto de las corrientes mas recientes de lava. Con razon se les ha com• paradox un marque de repentehubiera quedado inmôvil y petrificado en medio de una tempestad.

      Todas las crateras duermen boy dia, y aurique se puede calculas la edad de las difereutes corrientes de lava, es de presumir que aquellos orificios pace muchos siglos se haIlaban en el estado en que boy se encuentran. Ningnn vialero refiere haber visto volcaues ardiendo en este archipiélago; y sin embargo, des- de la época en que Dampier le visite', debe haber habido alit aumento de vejetacion, porque en otro caso no se hubiera esplicado del modo siguiente un escritor tan concienzudo: RCuatro ô cinco de las islas mas occidentales son peùascosas, pela- das, montuosas, Y sin arbol, planta ni yerba.» Esta description tan solo es aplicable hoy dia a las islas occidentales, donde todavia son enérjicas las fuerzas ocuitas de los volcaues.

      Clima. El de las Isla; de los Galapagos es menos calida (le lo que pareciera, atendida su situation ba,lo el ecuador. Esta circunstancia de- pende probablemente de la tempe- ratura singularmente baja del mar que las baiïa. Las IIuvias son alti raras,eseeptoenelinyierno, que esmuy corto.

      Historia natural. Lb de este archipiélago es .interesantisima. Parece, que las islas de los Galapagos formats por si colas un niundo entero, segun el gran utiniero de animales y vele• tales que alti se criait; mundo primitivo seguramente, porque las"aves estan tau poco haibidpadasii la vista

de los hombres, que vieneo â revolotear al rededor de ellos„y no se es-• pautan ni aun a pedradas; de manera que muchos viajeros han Ilegado A derribar con un palo millares de aquellos confiados animales.

      El reino vejetal preseuta mochas especies nuevas, pero poco intere• sentes. Entre los vejetales Utiles que prosperan en algunas de aquellas is- las, particularmente en la de Carlos, se puede citer el liante), la calabaza, la yuca, el naranjo,la paltnachristi, el melon, el banano, la cana de azticar y la batata.

      Citarérnos desde luego entre los animales una especie de raton que por la anchura de sus orejas y otros caractéres distintivos, forcira una section del jénero particular en las rejiones estériles de la América del Sur. Las ayes son alit muy pequenas y de un plumaje muy triste. Se encuentran galapagos ô tortugas en raetidad innumerable. Como las costumbres de este reptil ofreeen pormenores curiosos, darémos la traduction exacta del pasaje que Mr. Darwin dedica a este asunto en el tomo tercero de. la Relation del viaje del capitan King:.

      «Habitan estos animales en casi todas las partes de aquel archipiélago, y son tan numurosos que, segun Dampier, quinientos ó seiscientos hombres pudieran mantenerse con su carne por muchos meses sin tenor otro alimento. Concurren con preferencia â los parajes elevados y hdmedos. Hay galapagos de asombrosa magnitud, tanto que Mr. Lait son dice ttaber visto en la isla de Carlos algunos tan enormes, que apenas bastarian seis hombres para levantarlos del suelo, y que muchos de ellos han dado haste doscientas libres de carne.

      «El galâpago es muy aficionado al ague, y la bebe en grau cantidad. Como las islas mayores son las tinicas que tienen manautiales, y estos se encuentran siempre situados en las cumbres mas elevadas de los puntos centrales, los galapagos que 'aven en los distritos inferiores, cuando tie- men sect se yen precisados a hacer largos viajes para apagarla. Asi es que desde las orillas del mar se ven en todas direcciones senderos anchos y muy trillados que van â pa- rar â lo interior de las islas, y siguiendo estos camiuos descubrieron los Espanoles las aguadas de los Galapagos. Cuando yo desembarqué en la isle de Cha tan no podia comprender qué animal era el que viajaba tan nletodicamente, hasts que ai Ile- gar cerce de los manantiaies, vi un espectaculo curioso. Numerosos galepagos, jigantes de su especie, rodeaban los charcos de agua dolce; uno se adelantaba fogoso y con el cuello tendido bâcla el charco, mientras otro se retiraba satisfecho de haber bebido copiosamente. Cuando cl auimat Ilega at manantial, sin espantarse de los objets ni de las jentes que le rodcan, mete la cabeza haste los Ojos en el agua, y da grandes tragantadas.

      «Yo tengo por includable que la vejiga de la rana sirve de receptâcn- In para conserver el liquido necesario a la existencia del animal. El galapago parece estay dotado del mismo privilejio, porque su vejiga que- da inflada por et lIquido, hasts cierto tiempo despues de un viaje a los manantiales, y el agua disminuye gradualmente â proportion que se enturbia. Cuando los habitantes dd la isla de Carlos se enenentran en las Lierres bajas atormentados de la sed, acostumbran matai un galapago, y si por fortune este llena su vejiga, beben el liquido que contiene. Yo abri uno de aquellos animales, y en 61 encontré el agua sumamente clara, bien que habia adquirido un sabor amargo.

      «Al hacer los indicados viajes an- dan los galâpagos uuas cuatro millas por dia. En el tiempo de la cria da el macho un grito ronco que se oye a Mucha distancia, y la hembra permanece silenciosa, de modo que al oir los colonos aquel ruido, bien conocido, saben que los galapagos es- tan apareados. Empiezan la cria en octobre, poniendo la hembra sus huevos en sitios arenosos, y tapandolos con arena; pero dorade el sue- lo es penascoso no hate mas que ponerlos en un agujero. El huevo es

blanco y esférico; yo medi uno que y tenia mas de siete pulgadas de Ile circunferencia.

      « Los neturales del pais dicen que estos animales son enteramente sordos; lo cierto es que no oyen a na- die que vaya andando detras de ellos. Yo me divertis siempre cuando sorprendia uno de aquellos monstruos que caminaban con sosiego, al verte dar un fuerte silvido inmediatamente que me divisaba, ocultar de pronto su cabeza y sus patas y 'dejarse caer-con pesadez en tierra, haciendo un ruido sordo como si le mataran de repente. Muchas veces he monta- do en alguno de ellos, y (andoles al°uuos golpes en la concha junto al ra%o, se levantaban y echaban a an- dar; Pero confieso que me costaba trabajo guardar el equilibrio sobre agnelle estrade cabalgadura.

      «La carne del galapago es muy esquisita, tanto fresca como salade, y su grasa da un aceite sumamente trasparente y puro.

      Esta especie de galapago, conocido bajo el nombre de testudo indicus, se encuentra hoy dia en otras muchas partes del mundo, y segun varios sabios naturalistes, es de presumir que dichos reptiles son oriundos de agnelles islas.

      No es el galâpago el unico reptil que se cria en aquel archipiélago, pues se encuentran 1:ambien en él dos especies de lagartos, el uno terrestre y el otro marino y algunas especies de culebras que no son venenosas. Lo mas sorprendente es que no hay sapos ni ranas: Este hecho es tanto mas estraiïo, cuanto los bosques hlimedos de los puntos altos de aquel archipiélago parecen ser muy a proposito para esta especie de animales. Esto nos recuerda que Mr. Bory de Saint-Vincent, en su viaje a las islas de Africa,dice que ningun cuadrtipedo de aquella familia vive en las islas volcânicas de los grandes Océanos.

      Descripcion particular de algunas islas. – Isla de Carlos. Esta isla, llamada la Floriana por los habitantes de Guayaquil, y Santa Maria de l8 Aguada por los Españoles, ha sido concurrida durante macho tiempo, como todo el archipiélago deque hace parte, por los cazadores y acecinadores de toros silvestres, y lo es todavia por los pescadores que persiguen la ballena en el Océaneo Pacifico. La república del Ecuador, á la que pertencen las islas de los Galapagos, resolvio hacer de ellas, en 1832, un luger de deportation, y envio en consecuencia una pequeña colonie a la isla de Carlos, y en la época del viaje del capitan King contaba cerca de ochenta casitas ó barracas, y doscientos habitantes, la mayor parte desterrados por causas politicas, y hombres de color. Hállase establecida la colonia á cuatro millas adentro de la costa, en una altura que se puede calculer en mil piés, rodeada de uns vejetacion abondante. Al llegar á la poblacion se esperimenta una sorpresa de las mas agradables. Despues de haber sufrido cruelmente á causa del calor y el cansancio eu un largo transito por piedras volcanicas y entre bosques abrasados del sol, es una dicha encontrarse refrijerado de repente por el ambiente, y recreandose la vista en ana llanura cultivada cuyo solo aspecto indics la fertilidad. Le vista de la vejetacion tropical que a uno le rodea, los bananos, las canas de azúcar, el maiz; las batatas y otras plantas que se crian con abundancia en aquel paraje privilejiado, le hace dudar si esta en aquelle misma isla en que veia poco antes tantos objetos aflictivos.

      Aunque la mayor parte de los colonos han sido llevados allí la fuerza, hay machos de ellos que no desean volver al continente. Algunos son casados, y han tenido hijos en la misma isla, y de su fertil suelo sactan los medios de subsistencia, encontrando además en los bosques cerdos y gansos silvestres, como igualmente los galápagos que les suministran un alimentoss tan agradadable como sano.

      Isla de Chatham. Esta isla, como todas las demás, presenta vestijios numerosos de antiguas cráteras, teniendo en verdad pocos ó ningunos atractivos. La vista no encuentra alli sino vastos campos de lava basáltica negruzca, cubiertos de maleza seca:

siendo digno de notarse que aguellos espacios abrasados por los rayos de un sol devorador difunden en el aire un tufo sofocante, semejante al que sale del cañon ó chimenea de una estufa, y basta la maleza huele mal.

      Isla Albemarle. Es una de las mas tristes y mas salvajes de todo el archipiélago. Contiene un lago salobre que produce sal en gran cantidad, y no tiene mas de unas cuatro pulgadas de profundidad, estendiéndose sobre un fondo de sal cristalizada de deslumbraute blancura. Agnel paraje desierto es uno de los mas pintorescos que se encuentran en las islas de los Galapagos. Hace algunos años que los marineros de un buque pescador dieron allí muerte á su capitan, y los naturalistas del Beagle encontraron en la maleza el esqueleto de la victima.

      Apesar de la hermosura del clima se ve que las Islas de los Galapagos son ana mansion may triste. Basta no obstante lo que hemos dicho para probar qué la industria humana pudiera hacer en ellas una feliz trasformacion; pero la reptiblica del Ecuador, muy ocupada en sus negocios interiores, no esta para pensar en macho tiempo en colonizar útilmente para si mima aquel interesante archipiélago.

Jean-Baptiste Geneviève Marcellin Bory de Saint-Vincent was a French naturalist, officer and politician. He was born on 6 July 1778 in Agen (Lot-et-Garonne) and died on 22 December 1846 in Paris. Biologist and geographer, he was particularly interested in volcanology, systematics and botany. The standard author abbreviation Bory is used to indicate this person as the author when citing a botanical name.

Translated from the French edition of 1839.

Jean-Baptiste Bory de Saint-Vincent.
      Historia de las islas del océano.
Panorama Universal: América.
Barcelona: Imprenta del Liberal Barcelonés, 1842.
pp. 77-80.

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